Ser director no se parece a ningún otro tipo de trabajo en una escuela. No sólo es usted quien controla todos los procedimientos administrativos, sino también la persona a la que acuden otros administradores y profesores en busca de orientación. La forma en que un director se comporta establece el escenario y la atmósfera de cómo funciona el resto de la escuela. Como jefe del centro, es tu responsabilidad asegurarte de que todo marcha sobre ruedas, de que los alumnos alcanzan los niveles exigidos por el Estado o el distrito y de que los profesores trabajan para mejorar sus competencias y ser educadores más eficaces.
A veces, el trabajo de un director puede ser ingrato y mucho de lo que hace está "en segundo plano", por así decirlo. Pero superando los días ingratos es como te aseguras de que tus alumnos aprovechan al máximo su educación.
Para ayudarle en su trabajo como director/administrador, hemos elaborado esta lista de cualidades importantes que todo buen director debe tener. Todos los directores deben esforzarse al máximo para asegurarse de ejemplificar estas cualidades.
Gestión de riesgos
Como director, usted es quien toma la mayoría de las decisiones importantes sobre asuntos escolares, como la contratación, la financiación y otras cuestiones. A menudo, estas cuestiones pueden ser acuciantes y deben tomarse con rapidez, en un contexto en el que toda la información puede no ser totalmente transparente ni estar disponible. Los directores tienen que calcular distintas posibilidades y posibles consecuencias, aunque esas consecuencias estén muy lejos en el tiempo y no sean inmediatamente evidentes.
Como tal, parte de ser un buen director significa que necesita gestionar y distribuir eficazmente el riesgo. Los buenos directores pueden anticiparse a las decisiones individuales para ver adónde conducen y cómo pueden afectar al balance final de su institución o distrito.
Cultivar el liderazgo en los demás
Los directores son, ante todo, líderes. Mucha gente piensa que ser un líder sólo significa ser la persona que da las órdenes, y que el trabajo de los demás es cumplirlas. Si bien es cierto que los directores llevan la voz cantante, ser líder implica mucho más que dar órdenes. Ser un líder también implica cultivar un sentido de liderazgo en los demás. Los estudios sobre liderazgo coinciden desde hace tiempo en que los líderes de todos los ámbitos dependen de los demás para lograr sus objetivos y necesitan fomentar el desarrollo de habilidades de liderazgo en los demás.
Si los datos sirven de indicador, los directores que se centran en estimular el liderazgo de sus profesores y otros administradores acaban generando mejores resultados para los alumnos. Un liderazgo eficaz desde la cúspide hasta la base de la jerarquía escolar -desde los directores hasta los educadores individuales- se asocia con mejores resultados de los estudiantes en todos los ámbitos, ya sea en relación con los resultados de los exámenes o con la satisfacción general de los estudiantes.
La razón es sencilla. Un buen liderazgo mejora la motivación en el entorno laboral. Esta motivación, a su vez, puede mejorar la enseñanza en el aula al dar a los profesores la sensación de que tienen un papel más activo en la marcha de las cosas. El mayor éxito de este tipo de escuelas se debe probablemente a que todos tienen un mayor acceso al conocimiento y la sabiduría colectivos de sus compañeros.
Los buenos directores son buenos profesores
Durante un día normal como director, es habitual reunirse y hablar con varios profesores, padres, otros administradores y más. Los profesores eficaces son buenos directores porque ellos mismos entienden exactamente el tipo de cosas por las que pasan los profesores a diario. Los profesores pasan la mayor parte del día en comunicación con los demás, y lo mismo deben hacer los directores, aunque en un contexto ligeramente distinto.
Los directores eficaces también deben ser conscientes de los tipos de métodos de instrucción que son eficaces e ineficaces. Como líderes, necesitan comprender cómo orientar el desarrollo de los planes de estudio con los profesores y cuándo se está ejecutando correctamente. La forma más obvia de que un director adquiera este tipo de conocimientos es haber trabajado antes como profesor.
Al igual que los profesores, los directores también deben saber gestionar su tiempo y estar preparados para determinar qué servicios y funciones son necesarios. Todo esto equivale a decir que los directores más eficaces también entienden lo que se siente al estar en el lugar del profesor, tanto si saben esas cosas por haber sido ellos mismos profesores como si entablan un diálogo abierto y sincero con los profesores actuales.
Crean un clima propicio a la educación
Como director, su trabajo consiste en garantizar que su centro funcione como un entorno propicio para el aprendizaje de los alumnos. Un entorno escolar sano es el que da prioridad a la seguridad y el orden, así como a cualidades más abstractas como el apoyo, la receptividad y la apertura a los diversos estilos de aprendizaje de los niños. Los directores que destacan en la creación de un clima educativo constructivo también consiguen desarrollar una atmósfera de atención y confianza.
Sin embargo, este compromiso de crear un clima propicio a la educación va más allá de los alumnos. También se extiende a los profesores y otros administradores. Como director, es probable que usted sea una de las personas encargadas de observar las clases. Es en momentos como éste cuando puede incentivar a los profesores para que continúen su propia formación y desarrollo profesional.
Crear este tipo de entorno implica combatir varios escollos comunes de la profesión. El aislamiento de los profesores, las políticas de puertas cerradas, el derrotismo, son males comunes en los centros escolares y a usted, como profesor, le corresponde limpiar el ambiente de estos sentimientos negativos. Esto implica respetar a todos los miembros de la comunidad escolar y esforzarse por implicar a alumnos y profesores en una serie de actividades y proyectos de ámbito escolar.
Conclusiones
Los directores son la cabeza del centro escolar y por eso necesitan cultivar hábitos y rasgos que les garanticen que pueden dirigir el centro en la dirección correcta. Ser un director eficaz está correlacionado con un entorno escolar altamente eficaz y hay varias vías activas que puedes seguir para fomentar un entorno positivo tanto para los alumnos como para los profesores.