Como director de centro, usted sabe que dar su opinión es una parte esencial de su trabajo. Pero dar feedback a los profesores después de una observación puede ser complicado. Por un lado, quiere ser sincero y directo con sus comentarios para que el profesor pueda mejorar. Por otro, no quiere ser tan crítico que el profesor se sienta atacado o desanimado. ¿Cómo encontrar el equilibrio adecuado?
He aquí algunos consejos sobre lo que se debe y no se debe hacer a la hora de informar a los profesores tras una observación.
HACER: Ser específico
El primer paso para dar feedback es ser específico. En lugar de decir "¡Buen trabajo!" o "Me ha gustado lo que has hecho", intenta señalar exactamente qué es lo que has observado que te ha gustado. Por ejemplo: "Me he dado cuenta de que has mantenido el contacto visual con todos tus alumnos mientras hablabas". Este tipo de comentarios específicos son mucho más útiles que los elogios generales, porque ayudan al profesor a entender qué está haciendo bien y por qué es importante.
NOSer impreciso
Por otro lado, no conviene ser demasiado impreciso con los comentarios. Decirle a un profesor: "Tienes que trabajar en la gestión de tu clase" no es útil porque no le da ninguna orientación sobre cómo mejorar. Si quieres dar una respuesta útil, tienes que ser específico sobre lo que el profesor puede hacer de forma diferente. Por ejemplo: "He observado que en varias ocasiones los alumnos hablaban fuera de turno e interrumpían la clase. La próxima vez, le sugiero que intente llamar a los alumnos levantando la mano en lugar de llamarlos por sus nombres". Este tipo de consejo específico ayudará al profesor a entender en qué tiene que trabajar y cómo puede mejorar.
SÍ: Haz una crítica constructiva
Es importante recordar que, aunque estés criticando la actuación del profesor, seguís formando parte del mismo equipo. Tu objetivo debe ser ayudar al profesor a crecer y mejorar, no derribarlo. Con esto en mente, haz siempre críticas constructivas en lugar de sólo críticas. Por ejemplo, si observas a un profesor que tiene problemas para gestionar su clase, puedes decirle algo así: "Me he dado cuenta de que en varias ocasiones los alumnos han hablado fuera de turno y han interrumpido la clase. La próxima vez, le sugiero que intente llamar a los alumnos levantando la mano en lugar de decir sus nombres. ¿Lo ha intentado antes? Si no es así, estaré encantado de modelar esta estrategia para usted durante nuestra próxima sesión de coaching." Este tipo de crítica constructiva incluye consejos específicos, así como una oferta para ayudar al profesor a ponerlos en práctica.
HACER: Evitar declaraciones globales
Puede resultar tentador hacer afirmaciones globales sobre la actuación de un profesor después de una observación, pero intente evitarlo en la medida de lo posible. Por ejemplo, evite decir cosas como "Tiene que trabajar en su nivel de energía" o "Tiene que comprometerse más con sus alumnos". Este tipo de afirmaciones dan a entender que todo en la actuación del profesor necesita mejorar, lo cual no sólo es desalentador, sino que además no es cierto. En su lugar, céntrate en una o dos áreas específicas que el profesor pueda mejorar.
DON'T: Make Assumptions
Es importante no hacer suposiciones sobre por qué un profesor hace algo -o no hace algo- que observas. Por ejemplo, si ves que un profesor no establece contacto visual con sus alumnos, no des por sentado que no le importan o que no está interesado en enseñarles. Puede haber muchas razones por las que no mire a los ojos: quizá sea tímida o introvertida; quizá esté intentando evitar mirar a un alumno que se está portando mal; quizá tenga problemas de visión y le cueste ver a sus alumnos desde el otro lado del aula... Así que es importante no sacar conclusiones precipitadas sin conocer antes todos los hechos. Conclusión:
Dar feedback -especialmente después de una observación- puede ser complicado, pero es importante hacerlo bien. Siguiendo estos consejos, te asegurarás de encontrar el equilibrio perfecto entre honestidad y ayuda para que puedas dar a los profesores la retroalimentación que necesitan para crecer y mejorar como educadores.